miércoles, 23 de febrero de 2011

LICEOS DE EXCELENCIA: EXCLUSIÓN Y DISCRIMINACIÓN


En marzo de 2010, el ministro Joaquín Lavín anunció la creación de 50 liceos de excelencia en nuestro país, situación que fue ratificada por Sebastián Piñera en su discurso del 21 de mayo. Esta medida, parte del programa de gobierno, busca mejorar la calidad de la educación municipal dirigida a estudiantes de escasos recursos. Este aumento de los colegios emblemáticos tendría consecuencias positivas al permitir la movilidad social de estudiantes talentosos que, sin esta opción, no podrían acceder a estudios superiores. Además, estos liceos servirían como un ejemplo a imitar por parte de otros establecimientos educacionales, revitalizando así tanto la educación pública como subvencionada.

Según el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE) de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2010), el programa de gobierno consideraría que los liceos de excelencia:
  • Serían de dependencia exclusivamente municipal y de la modalidad Científico-Humanista.
  • Seleccionarían a sus alumnos al ingreso considerando su rendimiento.
  • Empezarían en séptimo básico y el proyecto incluiría fuerte capacitación a los directores.
  • Iniciarían su funcionamiento en liceos ya existentes en las distintas regiones.
  • Su implementación tendría un periodo de transición, en que los alumnos del nuevo establecimiento, seleccionados por ejemplo para el 7° grado, dependerían de un nuevo director, al interior del 'liceo madre'.
Este tendría una modalidad de doble dirección en sus primeros 4 años, en que coexistirían dos directores: del establecimiento de excelencia y del tradicional, aprovechando una misma infraestructura, hasta que todo el alumnado del nuevo establecimiento correspondiera a la característica de 'seleccionado' para un Liceo de Excelencia.

De acuerdo con mi experiencia personal como alumna del Liceo N° 1 Javiera Carrera, desde 7° año básico a 4° año medio, puedo afirmar que mi permanencia en ese establecimiento me permitió desarrollar mis habilidades intelectuales producto de la gran exigencia y cantidad de información que se me entregaba en cada asignatura. Esto, sin duda, facilitó mi ingreso a la universidad con un puntaje considerado como excelente e implicó que yo alcanzara un grado de enseñanza que mis padres no tienen.

Pese a lo anterior, mi paso por las aulas del emblemático Liceo 1 fue un proceso bastante difícil debido a mi déficit visual que, legalmente, me sitúa en el área de los discapacitados. Durante el periodo de selección, como cumplí con todos los requisitos solicitados, se le sugirió a mis padres que no me matricularan en el establecimiento argumentando su gran tamaño y la excesiva cantidad de alumnas, su lejanía en relación con mi hogar y las exigencias académicas que, por supuesto, una niña ciega no podría cumplir; incluso, se me dijo que podía “asustar a mis compañeras” el verme leer y estudiar en el lugar. Esta situación no cambió, a pesar de mi buen desempeño escolar, hasta el punto de tener dificultades para obtener la documentación necesaria para efectuar mi postulación a la universidad.
Considerando la propuesta de aumentar los liceos de excelencia y mi experiencia personal, creo que este tipo de establecimientos no son la solución apropiada para mejorar la calidad de nuestra educación, teniendo en cuenta que educar no puede medirse solamente mediante resultados de puntaje SIMCE y PSU y recordando que el currículum incluye el desarrollo de habilidades destinadas a formar ciudadanos críticos.

En primer lugar, es preciso mencionar que la selección de estudiantes a partir de su desempeño académico tiene como consecuencia el aumento de la inequidad educacional, puesto que los beneficios de estos establecimientos estarían destinados a una elite. De este modo, la calidad de los colegios no pasaría por una reforma institucional completa y orientada a toda la comunidad, sino más bien por un buen proceso de selección de individuos intelectualmente superiores. Esto implica que, a nivel de políticas gubernamentales, se avala la diferenciación en términos de igualdad de oportunidades para todos los niños y niñas. Situación particularmente grave si se propone la “inclusión” y la “no discriminación” como ética organizadora del currículum nacional.      

A partir de lo anterior, se desprende un segundo punto: los y las estudiantes deben conocer y apreciar la diversidad para formarse como ciudadanos críticos, respetuosos y participantes de una realidad compleja. En este sentido, es fundamental que niños y niñas aprendan a convivir y trabajar colaborativamente con personas de todo tipo: discapacitados visuales, auditivos y físicos, con trastornos de aprendizaje, con déficit atencional, de distintas etnias, con talentos artísticos o deportivos. La diversidad en el aula es una oportunidad para enseñar conductas básicas de ciudadanía y valoración de todos los  integrantes del curso pese a sus limitaciones. Estos aprendizajes son relevantes en la adolescencia porque es una etapa en que neuronal y psicológicamente se desarrollan aspectos importantes de la personalidad adulta del ser humano.

En tercer lugar, el agrupar a los mejores estudiantes en liceos de excelencia implica que los establecimientos que no operan con criterios de selección tendrán una disminución en sus resultados de SIMCE y PSU. Esto, de acuerdo con el sistema actual, puede perjudicarlos en términos económicos, lo que afectaría directamente en la infraestructura y herramientas tecnológicas del colegio (ver Ley SEP), así como también, en términos educativos puesto que los estándares de evaluación podrían verse disminuidos aumentando la diferencia en la calidad de la educación. De este modo, lo que parecía una solución, se transformaría en un problema mayor.         

En cuarto lugar, es preciso mencionar que el rendimiento académico de los y las estudiantes de nuestro país es altamente dependiente de la clase social a la que ellos pertenecen. Siguiendo a Atria (2007), consideramos que la diferencia de poder económico de los padres se manifiesta en la educación de sus hijos, en este sentido, no se puede comparar la inversión del estado por alumno ($30.000) con el arancel de un colegio privado ($200.000 o más). Si se compara, por ejemplo, la infraestructura de un colegio privado con la de un colegio municipal, las diferencias son evidentes; así como también hay diferencias en el acceso a libros, materiales didácticos y enseñanza de idiomas. Afirmar que un liceo de excelencia puede competir con un establecimiento particular es una utopía porque los niños que asisten a los colegios emblemáticos no tuvieron una enseñanza preescolar y básica similar a las del grupo socioeconómico alto.

Una evidencia de lo anteriormente dicho es la existencia de un Ranking PSU que considera los establecimientos con mayor rendimiento entre los años 2004 y 2009. Los datos proporcionados por el DEMRE y procesados por la Unidad de Análisis Institucional de la Universidad Federico Santa María muestran que los 150 primeros colegios se distribuyen de la siguiente manera: 136 son colegios privados, 9 son colegios subvencionados y sólo 5 son municipales.    

Considerando los argumentos expuestos, es posible afirmar que el aumento de los llamados “Liceos de Excelencia” es una medida que no soluciona las diferencias en la calidad de la educación de nuestro país, aún más, justifica las desigualdades proponiendo un sistema de exclusión y discriminación en que el Estado no se hace cargo de la igualdad de oportunidades, entregando esta responsabilidad a esfuerzos individuales aislados y que dependen más del azar, como en mi caso: la suerte de tener unos padres atentos a las necesidades de su hija y convencidos de sus capacidades.

REFERENCIAS

Unidad de Análisis Institucional Universidad Técnica Federico Santa María. “Ranking histórico de colegios”. En:
http://saladehistoria.com/wp/2009/01/18/ranking-historico-psu-2004-2009/
[accesado Febrero 2011]

Entrevista a Fernando Atria por Juan Andrés Guzmán. “Fernando Atria: “Los 50 liceos de excelencia son una medida publicitaria a costa de la mayoría”. En:
http://jeaqueve.wordpress.com/2010/05/15/la-educacin-chilena-mercantil-segregada-excluyente/
[accesado Febrero 2011]

Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE) (2010). Liceos de Excelencia: Ideas y Experiencias Relevantes para su Diseño e Implementación. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Entrevista a la profesora Hilda Flández: “Se puede innovar solo, pero es una dura tarea que se debe enfrentar para avanzar contra la corriente”



Con más de 20 años de experiencia como profesora de educación básica, Hilda Flández persiste incansable en su trabajo. Es, desde todos los puntos de vista, una profesora de excelencia, no solamente por los premios y por la difusión que ha alcanzado su trabajo en educación artística, sino también por la tremenda energía que invierte de forma constante en su trabajo. Anotación Negativa quiso conocer un poco más de su experiencia y profundizar en la perspectiva con que una profesora con su perfil mira nuestro sistema educacional.



¿Cómo resumirías, brevemente, estos años de práctica y desarrollo profesional? ¿Cuáles son los aspectos que definen de forma fundamental tu experiencia profesional?

Cada año es un desafío y ya con 22 años en la docencia he comprobado que el transitar se fortalece a través del aporte propio, nuestra afinidad con alguna disciplina en particular, en mi caso el Arte que se ha transformado en el puente de apoyo para crear un sin fin de propuestas intentando dar una nueva visión a la enseñanza escolar.

Volcar esfuerzos en una nueva conquista educativa a través del Arte, me ha permitido descubrir la importancia que tiene para el docente potenciar su habilidad personal para transformarla en su disciplina, su puente de conexión, que le permita orientar la enseñanza a todos los subsectores de aprendizaje escolar.

¿Qué te parece la gran relevancia que suele otorgarse a las áreas de Lenguaje y Matemática por sobre otras áreas, como las Artes en tu caso?

Cuando un sistema educacional es evaluado en forma obsesiva a partir de sus logros en matemáticas o lenguaje, se distorsionan los aportes que puedan ocurrir en otras áreas como las artes plásticas, donde se desconoce o existe escaso material sobre acciones concretas que permitan reflexionar sobre sus aportes.
Pero también está el otro problema…. se puede hablar de la importancia de las imágenes a través del área plástica, sin embargo, es una asignatura que no se utiliza para revertir la problemática que permita un conocimiento del medio para lograr mayor conciencia y comprensión en los alumnos; se dibuja por dibujar sin utilizar la información visual en el área que precisamente se relaciona con la asignatura.

Es posible demostrar estas ideas a través de mi primer libro, El Dibujo en Apoyo a la Comprensión y el Razonamiento en la Escuela, que será publicado en marzo. El texto indica que podemos avanzar utilizando el Arte como herramienta de aprendizaje para poder mejorar los procesos de comunicación oral-escrita y la comprensión de los lenguajes matemáticos.

Se parte de la base de que las reformas educacionales son fundamentales para pensar en profundidad en el desarrollo cultural de nuestro país. La idea fundamental es lograr un repunte en los aprendizajes de los alumnos de diferentes escuelas usando la plástica, que se activará cuando los padres observen claramente que sus hijos e hijas experimentan que estas clases verdaderamente los interpelan, los hace reflexionar críticamente, pensar con calidad, les complejiza las sensibilidades, cuando en la escuela en general, observen con evidencias las contribuciones que entrega la disciplina al desarrollo personal, la clarificación de valores, el desarrollo del buen pensamiento, al diálogo intercultural, entre otros aspectos.

Por ello me parece importante llegar al profesorado con este libro, con actividades prácticas que sin duda en sus procesos son de fácil asimilación para los docentes, permitiendo mejorar competencias de expresión escrita y lograr agudizar el pensamiento matemático adaptando las actividades a las características y necesidades de los alumnos de cada localidad y creer en la plástica, siendo posible mejorar los niveles educativos de los alumnos para repuntar los resultados SIMCE a nivel nacional.

Ya que parece ser la tendencia actual, ¿qué te parecería un SIMCE de Artes Visuales?

Sería muy complejo ahora en estos tiempos cuando aún ésta asignatura no se ha destacado como importante. Hay que entregar herramientas a los docentes que les permitan conocer cómo trabajar esta asignatura dándole la relevancia que le corresponde.  Muchas veces en las clases de Artes Plásticas, en el afán de fomentar la creatividad, se recurre a los temas libres sin una finalidad de aprendizaje del todo clara. Es una práctica de antaño difícil de cambiar.

De acuerdo con tu experiencia, ¿qué tan distinta es la tarea del profesor en regiones?

Todos enfrentamos la misma problemática donde se espera principalmente cambiar la disposición de los alumnos por aprender, disciplina, respeto por el trabajo del maestro, mayor compromiso de los padres, tener mejores directores que conozcan y den tareas a los maestros considerando sus habilidades, trabajar en equipo, etc.

Lograr que los seminarios nacionales sean una forma de entregar una selección de trabajos de aula presentados por docentes con clara visión y experiencia en Chile es muy necesario, ¿por qué no hacer una selección nacional de docentes que han destacado en sus áreas? Sin duda es importante asesorar a los futuros maestros que a pesar de su gran inteligencia con altos puntajes PSU deben iniciar una práctica que también se genera con tiempo al transitar por los cursos, ¿por qué se habla generalizando de mala calidad educativa culpando a los maestros que enseñan, existiendo maestros de las diferentes regiones que sí han intentado innovar?

Sólo vemos en los Congresos en Santiago a académicos de universidades que hablan sobre la problemática educativa sin lograr acciones concretas entendibles para los docentes.

A través de mi experiencia veo con gran preocupación que el Arte no llega a las escuelas como aporte y apoyo a la enseñanza, exclusivamente, por desconocimiento y falta de preparación de los docentes.

¿Qué te provoca escuchar lo que se suele decir de los docentes en la opinión pública y los medios? ¿Concuerdas o disientes? ¿Por qué?

Los docentes como educadores de niños son muy importantes por la gran responsabilidad en un trabajo que requiere mucho estudio y compromiso. Sin embargo, ahora se ve más complejo aún cuando se habla de mala calidad educativa, el querer culpar a los profesores por rendimientos nacionales que no dan luz de avance. Como en toda profesión hay diversidad de personas que responderán de diferente forma a su compromiso profesional y seguirá pasando con las nuevas generaciones de docentes. Hay buenos maestros en Chile, nuestro país se destaca en el extranjero por su sistema educativo, lo he escuchado en los países en los que he compartido con docentes. Tenemos nuestro portal de educación chileno EDUCARCHILE que se destaca a nivel internacional, la Red de Maestros de Maestros y especialistas que dan cátedra en muchos países.

Todavía queda tiempo para que puedan ejercer los nuevos maestros con puntajes PSU sobresalientes. ¿Qué pasará con los que siguen, los que ya cansados se quieren ir? Es muy triste jubilar pensando que se trabajó sin pena ni gloria en un ambiente donde se esperaba dar más y no se pudo por falta de acuerdos entre pares o falta de motivación de un director. Se puede innovar solo, pero es una dura tarea que se debe enfrentar para avanzar contra la corriente.